Ignacio Solana, de temporada y sabor

No resulta un esfuerzo llegar hasta a Ampuero cuando de lo que se trata es de almorzar o cenar en el restaurante Solana, uno de los pocos establecimientos con una estrella Michelin en Cantabria e icono de la mejor cocina de mercado, basada en el producto de temporada, sabrosa, equilibrada y muy honesta. Hasta hace una década, cuando se inauguró el comedor gastronómico, era ésta una pequeña casa de comidas junto al santuario de la Bien Aparecida, un sencillo negocio familiar dirigido por José Antonio y Begoña, cuyo hijo había estudiado cocina en el IESFuente Fresnedo de Laredo. Ignacio, tras complementar su formación en acreditadas cocinas de España, volvió a casa para tomar el relevo de sus madre entre los fogones, acompañado por su hermana Inma, responsable del trabajo en sala.

Y el restaurante Solana comenzó a evolucionar, a estar en el punto de mira de aficionados y gourmets, a presentar platos de mucho mérito. Y a fuerza de ilusión y talento, llegó en 2012 la primera estrella Michelin, merecida.

Y el restaurante ha seguido evolucionando, creciendo, destilando profesionalidad, pero sin olvidar sus orígenes, hasta el punto que en su carta siguen conviviendo los platos más tradicionales y clásicos de la madre de Ignacio y las nuevas creaciones propias, más en línea de la cocina actual, contemporánea, de autor, pero sin olvidar dos componentes básicos: la materia prima y el sabor.

El restaurante actualmente está en un momento pletórico. Es uno de esos sitios donde nadie puede salir defraudado, más bien todo lo contrario. Es uno de esos restaurantes donde puedes ir con los abuelos y con los nietos, porque mantiene una línea fácil de entender en cualquier caso y donde el gusto no tiene cortapisas.