Solana


Somos la cuarta generación al frente de este negocio familiar con una historia llena de esfuerzo y dedicación.
Venimos de una larga evolución de varios años. Lo que hoy es un acogedor bar, en el pasado fue un establo y más tarde la tienda del pueblo. Es en 1974 cuando se transforma en el bar que conocemos en la actualidad, y desde entonces se convirtió también en la casa familiar.
Un lugar donde hemos dado servicio a todos nuestros clientes y pasado tardes de juegos y sobremesa con la familia.
Nuestro bar y restaurante son nuestro negocio y nuestro hogar.

Apostamos por
nuestras raíces.
Apostamos por nuestras raíces.

Conectamos productores con nuestra cocina.
Nos apasiona la frescura y la calidad de los ingredientes que usamos para elaborar nuestros platos. Por eso, nos enorgullece decir que establecemos una estrecha relación con los productores locales. Siempre estamos en búsqueda constante de los mejores productores de la región, para mejorar la calidad de nuestros platos.
Momentos importantes de nuestra historia

1974.
Comienzos
2007.
Cambios
2012.
Recompensa

Nacho Solana
Criado en un ambiente de hosteleros, supo desde el primer momento que aquel era el mundo al que se quería dedicar.
Apasionado por la cocina, decide marcharse de su tierra natal para estudiar hostelería y volver en 2004 con nuevos conocimientos más renovados y frescos.
Su esfuerzo constante y ganas de seguir aprendiendo, le ha hecho seguir creciendo tanto en lo laboral, como en lo personal.
Algo que siempre ha tenido claro este cocinero de estrella Michelin, es que nunca hay que dejar de tener los pies en la tierra, porque todo lo que llega, se puede marchar si dejas de luchar por ello.
Su objetivo es marcar la excelencia en sus platos y todo lo que rodea su marca. Pero lo que tiene claro es que todas sus metas irán siempre marcadas por el entorno rural en el que vive, el lugar que le ha visto crecer y que no cambiaría por nada.
Inma Solana
La otra pata del negocio familiar. Ella junto con su hermano Nacho, sostienen a día de hoy el restaurante y bar Solana.
Ha trabajado en el negocio familiar, casi desde que tiene uso de razón. Sin miedo a nada, comenzó a ayudar a sus padres desde pequeña, teniendo incluso su propio despacho de helados a los 7 años, donde vendía a todos los niños que visitaban el bar.
Su carácter y tesón le han hecho crecer y evolucionar en todos los sentidos de la vida.
En el día a día ella es la encargada del trato con clientes. En todos estos años de duro trabajo, Inma, se ha convertido en la confidente del cliente, la que le da confianza y le hace sentir como en casa.
El cambio más destacado, surge cuando ella y su hermano deciden unirse a trabajar en el negocio familiar, y aunque con formas diferentes de ver la vida y el negocio, juntos fusionan su carácter y lanzan lo que hoy conocemos como marca Solana.
Es una persona que se ha ido formando con el tiempo para mejorar cada día y hacer crecer el negocio, pero con el pensamiento claro de que nunca ha querido desvincularse de su tierra y así seguirá siendo.
